Tratamiento de choque
La renovación del lenguaje del cómic-book de superhéroes (y la transgresión de sus códigos) no fue algo que empezó con Frank Miller y culminó necesariamente con la labor del estelar triunvirato de guionistas formado por Alan Moore, Grant Morrison y Neil Gaiman. Los lectores que son conscientes de ello tienen en un merecido pedestal al guionista escocés Mark Millar, autor de imaginación avasalladora, feroz y desbordante que aplica una aceleración pospunk y un infatigable gusto por la provocación a las convenciones del género. La miniserie Wanted, que contó con el barroco trazo de J. G. Jones, es una de las piezas clave en la carrera de Millar: en ella imaginó un mundo donde los supervillanos habían exterminado a los superhéroes antes de borrar, en un toque paranoico a lo Philip K. Dick, la memoria de la humanidad. Shithead, uno de sus personajes secundarios, puede dar una idea del sentido del retorcidísimo humor del guionista: un supervillano sintetizado a partir de las heces de los 666 seres humanos más malvados de la Historia. Cien gramos de Charles Manson, un poquito de Hitler y un toque de Ed Gein. Tras darse a conocer internacionalmente con el díptico Guardianes de noche / Guardianes de día, (2004-2006) -que revelaba voluntad de estilo, preciso manejo de la espectacularidad y gusto por el detalle turbio, quizás dignos de mejor causa- el kazajo Timur Bekmambetov entra en Hollywood con una adaptación de Wanted que, si bien atempera la agresividad del original, logra mantenerse razonablemente fiel a su espíritu.
WANTED (SE BUSCA)
Dirección: Timur Bekmambetov.
Intérpretes: James McAvoy, Angelina Jolie, Morgan Freeman, Terence Stamp, Thomas Kretschmann.
Género: acción. Estados Unidos-Alemania, 2008.
Duración: 110 minutos
En la pantalla, Wanted abandona la referencia a los universos superheroicos para retorcer las maneras del blockbuster de acción y acuñar soluciones visuales -el mensaje suspendido en el aire tras la agresión con un teclado de ordenador, la trayectoria circular de una bala rematada en climático sacrificio- que hacen justicia al toque Millar. La amoralidad del cómic se ha rebajado, pero el sentido del espectáculo de Timur Bekmambetov marca un nuevo listón en la escala del exceso.
Babelia
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